comunicación y convivencia.
El ser humano es un ser social. Ninguna persona vive absolutamente aislada del resto, ya que la interacción con otros individuos es imprescindible para el bienestar y la salud. Sin embargo, la convivencia no siempre resulta fácil, dado que pueden interferir negativamente ciertas diferencias sociales, culturales o económicas, entre otras muchas posibilidades.
En ciertos países, dados los elevados precios de alquiler de viviendas, los inmigrantes se ven obligados a compartir pisos, y la convivencia entre personas de diferentes nacionalidades puede ser tan enriquecedora como complicada. Sin lugar a dudas, el racismo se encuentra entre los peores ingredientes de una vida en común, y puede acarrear resultados muy lamentables; por otro lado, convivir con una persona cuya nacionalidad tenga connotaciones negativas para nosotros puede convertirse en el mejor camino para entender que generalizar es desperdiciar tiempo y energías, y que un pasaporte no dice mucho acerca de un individuo.


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